Thursday, March 22, 2007


EN AQUELLOS DOS PINOS

Esta historia de amor, se dá en la España de la postguerra, en un pueblecito jienense perdido entre montañas.
Sus familias no sufrieron directamente la guerra, pues eran gente acómodada, con posibilidades económicas.
Él, nunca fue guapo, ni feo, quizás atractivo o misterioso, pero un corazón enorme, un buenazo, a todo el mundo caía bien.
Ella, una auténtica señorita de la época, rubia, pelo largo y rizado, siempre arreglada, pues era muy présumida, mucho carácter.
Medio pueblo la cortejaba, Angelita la llamaban, que si el hijo del boticario, que si el practicante, sin embargo todos se quedaban con las ganas.
A todos los mandaba a paseo, si se casaba sería por amor.
Él tuvó la suerte de estudiar. Era un simple maestro de escuela. Se recorría los pueblos de los alrededores en bici, sólo para dar clase.
La amaba en secreto y sin embargo no tenía el valor de hablar con ella.La amaba desde críos, porque siempre habián sido vecinos.
Ella sólo le recordaba de su infancia, cuando todos los niños bajaban a la era, a las afueras del pueblo, a dar rienda suelta a sus juegos. De mayor le perdío la pista, sólo le conocía de vista, era uno más.
Todo eso cambíaria.
Una mañana, ella regaba como todos los días las plantas, y las sacaba a la calle para que cogieran el sol que necesitaban, especialmente unas hortensias, enormes que eran sus preferidas.Cuando, un muchacho que volvía a todo correr en su bici, llena de libros, pilló una piedra levantada de la calle y fue a estamparse directamente con las macetas.
Sobresaltada al principio, ayudo a levantarse a aquel muchacho, al que ya conocía.Él muerto de vergüenza al ver quien era, se quedó mudo sin habla, sin saber que hacer, mientras ella se agachó a recoger los libros y él, al fin reaccionó.
Todo nervioso, la ayudó a a recoger, todo el cuerpo le temblaba. Recogiendo el último libro, que ella ya tenía agarrado, sin darse cuenta ambos tiraron, con tanta fuerza que el castigado libro se desilachó por completo, volando todas sus hojas por el aire. Entonces levantando la cabeza, ambos se miraron, estallaron en risas.
Los nervios se esfumaron, ya de pie, con todos los libros entre las manos, recogió su polvorienta gorra, y le echo valentía. Dandóle la mano dijo :"Mi nombre es Paquito, digo... Francisco", mientras ella sonreía de nuevo y se sonrojaba como una niña, y le repondía:"Paquito me gusta más", y volvieron a reir como dos críos, pero sin dejar de mirarse a los ojos.Y desde aquel momento nunca se volvieron a separar.

Al año escaso, en su lugar favorito, allí donde iban todas las semanas a pasear, poniendo rodilla en suelo le pidió matrimonio.Aquellos dos viejos pinos, rodeados de un inmenso mar de olivos, eran los únicos supervivientes de un incendio muchos años atrás, y fueron los únicos testigos sordos de como él le ponía el anillo en el dedo, la cogía entre sus brazos y la felicidad les invadía, a la luz de un rojo atardecer.

Larga vida, plena y feliz, queriéndose hasta el último suspiro.
Seguían discutiendo como el primer día, ella no había perdido su carácter y él sabía como tratarla. Cuando se ponía hecha una furia, él nunca se enfadaba, sólo sonreía y le contestaba:"Miau, miau", y ella entonces se calmaba y entre sonrisas le abrazaba resignada.
Ella perdió la memoria sus últimos años, y sin embargo seguía llamandóle Paquito,y él jamás se separó de su lado.
Tanto la quería que cuando ella se fue un lluvioso día de diciembre, aquí en Madrid, él se fue con ella. Perdió la cabeza y no fue el mismo, le faltaba su media mitad. Le habían arrancado su vida. Se murió de pena, cuatro meses después.

Ahora están y estarán juntos por siempre. Descansan juntos donde sellarón su unión ante el mundo.
Allí, en aquella colina vestida del verde del olivo, en aquel extraño rincón en lo alto, que se ve desde la carretera.
Cada vez que paso por allí, una lágrima recorre mis mejillas y recuerdo que me saludan cogidos de la mano, a la sombra de los viejos pinos.
Jamás os olvidaré.

7 Comments:

Blogger Trini Reina said...

Seguro que, juntos, aún pasean su amor por entre aquellos pinos.

Es una preciosa historia que me ha emocionado a hora tan temprana. Gracias

Un abrazo

11:34 PM  
Blogger Lol V.Stein said...

Qué historia... parece de película... su recuerdo quedará siempre grabado junto con la imagen de los dos árboles... gracias por compartirla en voz alta

saludos

1:45 AM  
Blogger Mar de Luna said...

Simplemente una delicia leerte, como siempre....
Buen fin de semana!
Besitos.

12:57 PM  
Anonymous Anonymous said...

Siempre existiran en la memoria, en esos parajes, en el aire de esa tierra...

Que belleza, te seguire leyendo, gracias por tu visita.

Un saludo.

5:52 PM  
Blogger teatro, danza, música... said...

Es tan corto el amor y tan largo el olvido...aunque sea un amor de toda la vida y cuatro meses sean el camino hasta el reencuentro..preciosa historia, preciosa luz la que desprenden tus palabras...gracias

12:39 PM  
Blogger Meret said...

Qué hermosa historia, me has hecho caer una lagrimita...
Soy cancer y ya sabes...somos muy sentimentales...

Sigue escribiendo así...lo haces divinamente...

Saludos.

12:12 PM  
Blogger Azul said...

Hermosa historia de amor que nos llena de dulzura entre tus letras!!

Un biko y buen fin de semana...gracias por asomar por mi ventana!!

6:17 PM  

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